Rentismo VS liberalismo
El liberalismo económico promueve que cada individuo sea recompensado en función de su merito y esfuerzo. Solo que entiende que ese mérito no se puede determinar a priori (por el Estado o la religión) sino que deben ser sus pares quienes lo determinen.
Por eso dice el liberalismo que el mejor mecanismo para determinar el mérito de alguien es el Mercado, que está formado por el resto de individuos. Cuando el mérito y el esfuerzo se convierten en un servicio a los demás producen lo que llamamos "valor"
¿Por qué el Mercado y no el Estado -o la comunidad de vecinos- es quien debe determinar el valor de algo? Porque el Mercado es el único que puede poner en común todo el conocimiento necesario (porque está distribuido entre los individuos) para elegir a quien recompensa
Y, al contrario, si interrumpimos ese mecanismo de retribución de mercado con monopolios o con intervencionismo, lo que hacemos es incentivar que se produzcan malas decisiones, porque no podemos determinar a priori el valor de algo, no tenemos la información necesaria
https://x.com/ostraperlera/status/1839581043487334431
Pues bien, el mercado de la vivienda es un mercado intervenido, monopolístico, porque lo que se compra y se vende no es un bien, sino que es un título expedido por el Estado: una licencia
Si los rentistas no generan valor, ¿por qué la gente paga por los pisos? La respuesta: porque los propietarios tienen un monopolio de un bien público que se llama "edificabilidad".
Uno no puede construir lo que quiera donde quiera. Lo que se puede construir en un suelo está determinado por los "planes de ordenación urbana" que aprueban las CCAA y los municipios. Lo que se puede construir en una parcela se llama "edificabilidad" y es una decisión política.
No hay ninguna ley de la física ni de la economía que impida que donde hay un edificio de 4 plantas se levante un rascacielos de 100. Elegimos que los edificios tengan 4 plantas (lo elige la administración). La "edificabliidad" es, en realidad, un sistema de licencias
En la parte de las ciudades que ya están desarrolladas -el "suelo urbano consolidado"- las parcelas suelen estar construidas hasta el máximo posible, no tienen más "edificabilidad". De manera que la "edificabilidad" de una ciudad es igual que las licencias del taxi, escasa
Tanto es así que, fijaos: Una vivienda, con licencia, tiene un valor. Pero si le quitamos la licencia, ¿Cuánto vale? - Si puede obtener otra licencia, por ejemplo, de local comercial, vale lo que un local comercial. - ¿Y si no puede tener ninguna licencia? No vale nada
No solo esto. Una parcela donde no hay nada construido, si tiene una licencia para construir, tiene un valor. Cuál es ese valor? El precio de venta de la construcción terminada menos el coste de construirla y venderla. Es decir, la parcela vale lo que vale la licencia
Lo que está subiendo no son "las viviendas". Son las licencias de vivienda. ¿Por qué? Porque son un monopolio del Estado. Nadie puede construir sin una y no hay donde encontrar licencias nuevas. No es un mercado libre
Y los Estados no van a aumentar sustancialmente el número de licencias porque están muy comprometidos con que los propietarios actuales mantengan el valor de sus activos. La vivienda funciona como un gigantesco Bitcoin.
https://abundancia.maria-alvarez.com/p/la-ciudad-es-nuestro-bitcoin
Bitcoin funciona con un curioso mecanismo, casi un experimento socioeconómico.
Bajo pseudónimo, una persona -que, para añadir a la leyenda, sigue en el anonimato- se inventó hace 16 años un sistema para crear un activo digital deflacionario.
La oferta de la mayoría de los activos (físicos o virtuales) es inflacionaria, la demanda estimula que se vayan superando los límites a la producción, con más esfuerzo. Por ejemplo, cuando al mundo entero le da por comer aguacates, empieza a surgir la tecnología y el ingenio humano que hace posible que se planten en más sitios, incluso donde antes no se podía porque las condiciones (el coste del suelo, o del agua, o del transporte) lo hacían antieconómico.
El diseño del software de Bitcoin pone un límite duro al número de unidades del activo que se pueden producir, de manera que ya sabemos cuantos bitcoins habrá, como máximo, en el futuro: 21 millones. No es posible que haya más, por más que se emplee más esfuerzo.
En lugar de plantarse, como los aguacates, estos bitcoins se “minan”. Tienes que poner un ordenador a hacer una tarea que es trivial, pero que tiene un coste (está usando el procesador de tu ordenador durante un tiempo).
Además, la cantidad de esfuerzo que cuesta minar un bitcoin va cambiando en función del número de mineros que hay en el sistema. Como cuando sube el precio hay más mineros, a medida que pasa el tiempo, el sistema hace que sea más y más difícil conseguir uno (y que tenga más coste, por tanto). Cada 216.000 bitcoins, el sistema reduce a la mitad el número de monedas disponibles para minar.
La otra característica de Bitcoin es que es un sistema descentralizado donde los usuarios contribuyen a mantener una especie de “libro contable” único, pero replicado en millones de ordenadores en todo el mundo.
Esto hace que los límites de bitcoin no sean físicos, por eso no se pueden cambiar. A diferencia de los aguacates, que llegará el día en que se puedan imprimir con una máquina, los límites de Bitcoin nacen de un contrato entre los usuarios. Y es imposible poner de acuerdo a todos los usuarios para cambiar el contrato (porque, además, hacer más bitcoins iría contra los intereses de quienes ya tienen).
Por eso sus defensores argumentan que Bitcoin va a seguir siendo valioso para siempre: es el único activo que existe que no se puede seguir haciendo crecer por ninguna vía.
Como consecuencia, mucha gente piensa que Bitcoin nunca perderá valor, que es un excelente activo de inversión.
(Todo esto que estoy contando tiene sus detractores, pero no es ese el debate en el que quiero entrar, lo que me interesa es la filosofía de Bitcoin.)
Pues bien, la vivienda en las grandes ciudades se comporta exactamente igual que Bitcoin, constituyéndose -quizás- en el único activo físico deflacionario.
La razón es que la cantidad de viviendas que se pueden construir en una ciudad está limitada, como Bitcoin, por varios límites que no son físicos, sino fruto de un contrato social que es -¿casi?- imposible cambiar.
Este contrato social tiene varias partes:
Los límites físicos de la ciudad, que son un acuerdo político con las ciudades colindantes.
Las reglas del urbanismo, que determinan lo que se puede edificar en cada parcela.
La propiedad actual del suelo, que está atomizada -como Bitcoin- en manos de millones de pequeños propietarios que no tienen por qué comportarse como agentes económicos en un mercado perfecto. Que, de hecho, no tienen por qué comportarse como agentes económicos en absoluto, porque la vivienda es mucho más que una inversión. Y que, además, no tienen ningún interés en que se deprecie su inversión por el incremento de la oferta. La división horizontal de la vivienda opera como una red descentralizada.
Las equivalencias con el caso de Bitcoin son extraordinarias. Las reglas del urbanismo serían el protocolo que usa Bitcoin, que explica cómo se pueden seguir minando nuevas monedas. Los propietarios actuales serían los nodos que hacen la red.
Los límites físicos de la ciudad serían los límites duros que implemento Satoshi (los 21 millones). Los metros cuadrados de suelo urbano serían, entonces, bitcoins.
Así, como en Bitcoin, cuanto más se construye en una ciudad, más difícil se hace construir. Quedan menos parcelas, menos edificios de un solo propietario que esté dispuesto a vender y menos edificios que tengan más edificabilidad (o más rentabilidad) de la que tienen construida. Aun en el caso -poco probable- de que se cambiaran las normas y se permitiera edificar a cualquier altura, los nuevos edificios más altos volverían a estar en manos de particulares cuyos intereses irían en contra de aumentar la oferta.
Igual que Bitcoin tiene un límite interno a la cantidad de veces que se puede dividir un token -el satoshi-, en el mercado de la vivienda hay un límite también al número mínimo de metros cuadrados que una persona necesita para vivir.
Es por esto que el suelo urbano de las grandes ciudades se está convirtiendo en el activo donde se refugian dos tercios de toda la riqueza mundial. Es un gigantesco sistema Bitcoin.
¿De qué depende que se siga apreciando Bitcoin? Solo de una cosa: de que los usuarios sigan creyendo que va a seguir ganando apreciándose. Con las ciudades pasa igual: el precio del inmobiliario está sujeto a la creencia de que una ciudad va a seguir atrayendo población, inversiones y talento en el futuro.
Y otra cosa: Bitcoin tiene un problema y es que es muy injusto para quien no lo pilló a tiempo. En los primeros años se generaban 450 btcs en apenas hora y media. Cuando, el próximo día 20 abril, se vuelva a dividir entre dos el número de btcs que se pueden minar, hará falta un día entero para producir la misma cantidad.
Los niños que nazcan hoy lo tendrán muchísimo más dificil para adquirir un bitcoin, que sus padres.
Y con la ciudad también pasa exactamente lo mismo. Quienes vinieron a la ciudad cuando se estaba construyendo tuvieron la posibilidad de quedarse con sus “bitcoins urbanos” a un precio de ganga, mientras quienes no teníamos edad para comprar en aquel momento tenemos que hacer 20 veces más esfuerzo para conseguir lo mismo, o pagar una plusvalía exagerada a quienes están dispuestos a vender, que no son muchos.
Dicen los expertos que la única manera de hacer que Bitcoin deje de ser escaso es… replicarlo. Duplicar el código y volver a empezar con una red nueva que vuelva a emitir muchísimas monedas cada día para que otro grupo, quizás otra generación, lo haga suyo. Igual esto también es igual con la ciudad.
Si quieres saber más de Bitcoin, te recomiendo esta presentación y todo lo que cuenta en Twitter Miguel Vidal.
En un mercado libre se podrían tirar los chalets del Viso o de Pedralbes para hacer rascacielos de 100 plantas. Podría haber miles de casas donde ahora hay un puñado. Un liberal honesto debería pedir que pasara exactamente eso, que se pudiera construir sin licencia. ¿No?
El tema de este hilo es si el rentismo es compatible con el liberalismo: y no lo es
Adam Smith famosamente escribió "Donde predomina el capital, la industria prevalece, donde predominan las rentas, la ociosidad" "Capital" para Smith era la parte de los ingresos que se ahorraban para reinvertirse en la actividad productiva y "rentas" era el resto,.....tanto los beneficios que no se reinvertían, como los ingresos de actividades no productivas (desde las rentas de terratenientes hasta el mantenimiento de los funcionarios y de los ejércitos y hasta el Rey!)
Por lo tanto, para un liberal auténtico, una actividad improductiva como el alquiler no puede tener recompensa en la sociedad, en la medida en que solo produce ociosidad: gente que ingresa rentas sin inventar, sin organizar, sin producir, sin crear, sin dar empleo.
Y, como propone Smith, hay un reparto dicotómico entre los ingresos que se dedican a capital o a rentas. Cuanto más dedica un país a rentas, menos "industrioso" es.
Y esto es una verdad como un templo: cuanto más dedicamos al alquiler, menos dedicamos a producir nuevas cosas.
Y este es el gigantesco riesgo que corre nuestra economía: que sea más rentable comprar casas para alquilarlas que montar una empresa o inventar una tecnología o prestar un servicio.
M.Alvarez
Asi es, pero ser industrial en Europa es una actividad de alto riesgo, patentes que se copian, credito que te dan o no te dan, paises con sobreproducción como China, que revientan precios...ya sabemos como acabarón en los 70 los industriales del textil
Realmente es interesante el debate, si faltan viviendas una solución es el derecho de vuelo, que suban un piso en cada edificio....pero como bien dices no se quiere.
matices o excepciones, un ejemplo, si eres un industrial y estas empezando, que un propietario te alquile la nave industrial, que no podrías comprar, es una "ayuda" para que la actividad empiece.....quizas el que vive ahora de rentas, antes ha sido un industrial, que ha cerrado por competencia desleal....y debe alquilar la nave para vivir
Si un inversor paga la hipoteca con lo que saca del alquiler,asume unos riesgos que quizás no quiera asumir el inquilino. En el fondo hace de banquero.
Es criticable? depende,si no es un abuso y el precio de alquiler es para pagar hipoteca y un pequeño margen no es tan criticable
Matices....
Que es y que no es la bolsa?
Especulación? riesgos?
https://www.youtube.com/watch?v=TzsRkzk2d4o
https://www.youtube.com/watch?v=86GDPq9wlV8
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