Los jovenes tienen suficiente información sobre los efectos del alcohol a l/P / No tienen suficiente información:2 enfoques

 

El alcohol pasa factura al hígado de los jóvenes: más cirrosis y cáncer hepático

Los expertos niegan que el consumo de ‘atracón’ sea menos dañino que el moderado

Pere Duran / NORD MEDIA
Los hepatólogos aplauden el anuncio de la ley para erradicar el consumo de alcohol de menores, aunque creen que hay que ir más allá

El hígado graso afecta ya a más de 10 millones de ciudadanos, de los que unos dos millones presentan inflamación


Más del 70% de jóvenes entre 14 y 18 años había consumido alcohol en el último año, según la encuesta Estudes


Clamor unánime del casi millar de hepatólogos reunidos hace unos días en el Congreso de la Asociación Española del Estudio del Hígado (AEEH) contra el consumo de alcohol, causante de la mitad de los cánceres hepáticos y de las cirroris. Y sí, mayoritariamente es en edades adultas cuando aparecen estos problemas, pero cada vez con más frecuencia ven a jóvenes con problemas hepáticos a consecuencia de un consumo cada vez más temprano de bebidas alcohólicas,

ante la pasividad de una sociedad que blanquea por sistema la ingesta de alcohol, indicaron. El perfil del enfermo hepático, aseguran, está cambiando: son cada vez más jóvenes y, aunque son mayoría los varones, ha aumentado alarmantemente entre las mujeres, al adoptar hábitos antes mayoritarios en hombres.


“La sociedad es, en general, poco consciente de la epidemia silenciosa que representan las enfermedades de hígado, las cuales se relacionan con estilos de vida y alimentación escasamente saludables y que sin embargo están cada vez más normalizados. Es necesario abordar de forma muy seria el consumo de alcohol a edades cada vez más tempranas, pues es ya la primera causa de desarrollo de cirrosis y de necesidad de trasplante hepático. Pero igualmente es necesario abordar y corregir la progresión (general en la población y particularmente entre los jóvenes) del hígado graso, que afecta ya a más de 10 millones de españoles, de los que cerca de dos millones presentarían inflamación del hígado (esteatohepatitis) y, de ellos, 400.0000 presentarían ya una cirrosis hepática”, explicó Manuel Romero, presidente de la AEEH.

 

Según los datos de la encuesta Estudes del año 2023, más del 70% de los menores entre 14 y 18 años habían consumido alcohol en los últimos doce meses y algo más de la mitad lo habían consumido en los últimos 30 días. “Esto es una auténtica barbaridad. El hígado de los menores no puede metabolizar el alcohol y, sin embargo, beben con total impunidad porque les venden sin control”, clama Ramón Bataller, hepatólogo del hospital Clinic y experto en alcohol y enfermedad hepática. “No nos cansaremos de decir que el único consumo seguro es cero, pero a quién convenceremos cuando el acceso al alcohol es tan fácil”, explica.


Los hepatólogos alertan, además, de que los patrones de consumo de los jóvenes son especialmente peligrosos, pues conjugan un mayor riesgo con una menor percepción de este. Así, por ejemplo, los efectos de la práctica del atracón (binge drinking, ingesta de grandes cantidades de alcohol en pocas horas), tan común en los fines de semana, pueden ser más perjudiciales para la salud hepática que un consumo moderado.


Sin embargo, paralelamente, cada vez está más extendida la falsa convicción de que un consumo puntual, aunque desmesurado, tiene menos riesgos. “Nada de esto es cierto”, señala Bataller.

 

En este sentido, los expertos de la AEEH consideran “una muy buena noticia” el anuncio por parte del Ministerio de Sanidad de la elaboración de un anteproyecto de ley para prevenir el consumo de alcohol en menores de edad, y con el objetivo específico de contribuir a un cambio cultural que modifique la percepción del riesgo de las bebidas alcohólicas.


Pero creen que esta iniciativa por sí sola quedará “coja” si no va acompañada de un plan nacional de salud hepática que dé una respuesta integral a la creciente prevalencia e incidencia de las patologías del hígado y en general al cambio de paradigma en su evolución y etiología, con un creciente protagonismo del conocido como hígado graso y de la enfermedad hepática relacionada con el consumo de alcohol.




Resmetirom, el fármaco para el hígado graso metabólico y su fase más avanzada que ha sido aprobado en EEUU por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), estará también disponible en España y en toda Europa. Ya se han iniciado los trámites para solicitar la aprobación por parte de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) y los médicos dan por hecho que pronto será una realidad también aquí.

Este medicamento, cuyo nombre comercial en EEUU es Rezdifrra, es el primero en todo el mundo aprobado para el hígado graso metabólico, una enfermedad que va al alza debido al aumento global de la obesidad y de la diabetes. Resmetirom ha demostrado ser capaz de reducir los daños en los pacientes que tienen un cúmulo excesivo de grasa en el hígado no causado por el alcohol. Hasta ahora se habían investigado, de manera infructuosa, otros fármacos.

En Barcelona, el Vall d’Hebron Institut de Recerca (VHIR) ha participado en el estudio, recientemente publicado en The New England Journal of Medicine, que ha conducido a la aprobación de un fármaco que supone un «antes y un después» en esta enfermedad, dicen los médicos. Vall d’Hebron es el centro sanitario de España que más pacientes ha aportado a este ensayo. Y los médicos dan por hecho que el nuevo medicamento esté próximamente disponible en España y en toda Europa.

La epidemia del hígado graso, una enfermedad silenciosa que no para de crecer

Una analítica con los valores de las enzimas hepáticas disparados hasta las nubes puede ser la primera señal de alerta de una dolencia tan silenciosa como extendida: la enfermedad del hígado graso. Se trata de la enfermedad hepática más prevalente en el mundo. Su incidencia se ha duplicado desde 1990 y no deja de crecer hasta el punto de que los expertos advierten de que se ha convertido en una “epidemia” sobre la que no se destina la atención suficiente.

Afecta a más de un tercio de la población adulta y al 10 % de la infantil, aunque la mayoría no lo sabe. Es considerada una enfermedad silenciosa porque su progresión es muy gradual y la mayoría de quienes la padecen no experimentan síntomas, por lo que no son conscientes de su condición ni de la necesidad de tratamiento.

La incidencia de la enfermedad se ha duplicado desde 1990 y no deja de crecer, hasta el punto de que los expertos advierten de que se ha convertido en una “epidemia”. Está directamente relacionada con el sedentarismo, el consumo de alcohol y una dieta deficiente, con abundancia de azúcares y ultraprocesados

Pese a su altísima prevalencia y a diferencia de otras enfermedades no transmisibles con las que está estrechamente asociada, como las enfermedades cardiovasculares, la diabetes de tipo 2 y la obesidad, la enfermedad del hígado graso está infradiagnosticada y sigue siendo poco conocida por la población general. Y es que, según los expertos, esta dolencia se ha convertido en un serio problema de salud global. De hecho, se estima que en un futuro el hígado graso será ya la principal razón para el trasplante de hígado en el mundo.

Con el objetivo de dar a conocer los principales avances y desafíos sobre esta enfermedad, el próximo 8 de febrero a las 19 horas tendrá lugar el primer Debate CaixaResearch de 2024. Este encuentro online abierto al público contará con los especialistas Jeffrey V. Lazarus, jefe del grupo de investigación de sistemas de salud en el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal); Antonio Zorzano, director del laboratorio de Enfermedades Metabólicas Complejas y Mitocondrias del Instituto de Investigación Biomédica (IRB Barcelona), coordinador de programa en CIBERDEM y catedrático de la Universidad de Barcelona; y David Martínez Selva, investigador principal del grupo de Diabetes y Metabolismo del Vall d’Hebron Instituto de Investigación (VHIR).

El hígado graso está directamente relacionado con el sedentarismo, el consumo de alcohol y una dieta deficiente basada en una abundancia de azúcares y alimentos ultraprocesados. Hay que pensar que el hígado realiza múltiples funciones —incluido el filtrado de las sustancias nocivas, la regulación hormonal y el almacenamiento de energía y vitaminas—, por lo que se trata de uno de los órganos que se ven más afectados por un mal estilo de vida.

Si no se controla, la enfermedad del hígado graso puede derivar en patologías graves, como la cirrosis hepática o el cáncer de hígado

Tal y como señalan los especialistas, esta enfermedad, causada por la excesiva acumulación de grasa en el hígado, se ve exacerbada por otras patologías como la obesidad y la diabetes. Respecto a su origen, se debe incidir en que es multifactorial y en algunos pacientes puede haber un componente genético que la favorece. Alrededor del 25 % de las personas diagnosticadas desarrolla esteatohepatitis no alcohólica, que se caracteriza por inflamación hepática y fibrosis, y si no se controla puede derivar en patologías graves, como la cirrosis hepática o el cáncer de hígado.

Proyectos para favorecer la prevención, el diagnóstico precoz y mejores tratamientos

Los tres ponentes que participarán en este próximo debate lideran proyectos de investigación que cuentan con el apoyo de la Fundación ”la Caixa”. Así, desde el centro ISGlobal, Jeffrey V. Lazarus está al frente de diferentes iniciativas internacionales para consensuar una agenda global de acciones prioritarias que haga frente al avance de la enfermedad.

Junto con la prevención, la estrategia definida por los especialistas pasa por la detección precoz. La clave es identificar la enfermedad en fases tempranas, que es cuando hay margen para revertir el hígado graso

Además de la prevención, la estrategia pasa por la detección precoz. Cada vez se está haciendo más énfasis en identificar la enfermedad en fases tempranas, que es cuando hay margen para revertir el hígado graso. Aunque se han identificado algunas moléculas que pueden servir como biomarcadores, la biopsia hepática sigue siendo una de las técnicas de diagnóstico más rutinarias, pero conlleva ciertos inconvenientes: sus principales desventajas son la invasividad y la variabilidad de la técnica.

Su difícil diagnóstico y que no se disponga todavía de ningún fármaco aprobado para tratarla, plantea grandes retos a los investigadores. Antonio Zorzano encabeza un proyecto para hallar biomarcadores de hígado graso que permitan diagnosticar la enfermedad de forma no invasiva. Han descubierto una proteína presente en las mitocondrias de las células hepáticas llamada mitofusina-2 y están investigando si esta proteína se puede usar como diana terapéutica para diseñar nuevos tratamientos.

Por su parte, David Martínez Selva está al frente de un proyecto que ha identificado dos proteínas que, en combinación con un algoritmo matemático, pueden ser usadas como biomarcador no invasivo para predecir el desarrollo y la progresión de las diferentes etapas de la enfermedad, incluidas las más graves. Además, facilitará el desarrollo de nuevos fármacos mejorando la calidad de vida de las personas afectadas.

Un punto de encuentro entre la sociedad y la ciencia

 

El Ciclo de Debates pretende poner de relevancia el trabajo de los profesionales de la investigación y de la salud que reciben ayudas de la Fundación ”la Caixa” a través de sus Programas de Investigación. De la mano de los expertos en investigación científica, medicina e innovación, los debates se han convertido en un punto de encuentro entre la sociedad y la ciencia, un espacio en el que dar a conocer los avances de los proyectos de investigación e innovación en salud que buscan mejorar nuestra calidad de vida

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